Si visita este blog por PRIMERA VEZ, le recomendamos leer EN PRIMER LUGAR Empezando por el principio.


lunes, 11 de junio de 2012

¿Líder o Caudillo?

No nos engañemos. En el momento actual, el canon al uso desaconseja pronunciar en público o incluir en un texto la palabra “líder” y, ya no digamos, defender la urgente necesidad de liderazgo en la que creo nos encontramos.
No es necesario ser un experto en postmodernismo (yo no lo soy) para percibir en todos los ámbitos (personal, empresarial y político) un relativismo cultural en el que lo bueno y lo malo se mezclan y confunden sin una frontera definida. En una época que se jacta de la obsolescencia y derribo de todos los dogmas y mitos clásicos (1), paradójicamente, se rinde culto, en un alarde de superficialidad, al dogma de lo “políticamente correcto”, dogma sin padre conocido (2), pero profundamente calado en el tuétano de la sociedad.

Nos encontramos inmersos en un mundo más preocupado por la forma que por el fondo (3), evidenciado de forma paradigmática por la coexistencia amigable de cinco hechos paradójicos: a) Forma: El discurso político ha incorporado, en todas sus corrientes y banderías, el símbolo @ (verbalizado en el empleo obsesivo y secuencial del género masculino y femenino, con total independencia de que sea o no “gramaticalmente correcto”); b) Forma: La regulación normativa de la presencia tasada de ambos géneros en órganos de gobierno de entes privados y públicos; c) Forma: La preocupación formal por hablar continuamente de los desajustes económicos y discriminatorios entre ambos géneros; d) Fondo: La total y absoluta falta de preocupación real por tomar medidas de control eficaces para verificar la discriminación real existente, siendo de ello un ejemplo palmario la discriminación en el salario. La regla debería ser simple: “Mismo trabajo, mismo salario” (4); e) Fondo: La proliferación de programas televisivos en los que se somete a escarnio público al supuesto género discriminado, sin mayor atención por parte del sistema formal.  

Dando por sentado, y a mucha honra, que el último párrafo no resulta “políticamente correcto”, aviso desde aquí y ahora que es mi intención, además de la herejía ya cometida, defender la necesidad del liderazgo en todos los órdenes. En el caso de que algún lector empiece a sentir alergia moral (descarga de adrenalina psicológica) o física (urticarias, etc.), a menos que se trate de un masoquista, le conviene abandonar la lectura.

Tratamos el liderazgo en el blog empresarial porque es un concepto fundamental en la gestión (5) de la Calidad y la Excelencia, donde se estudia (se la da importancia teórica: forma) pero no siempre se pone en práctica (fondo). También aquí se aplica el relativismo a que hacíamos referencia anteriormente. A pesar de ello, los principios básicos en los que se basa son de aplicación tanto en el ámbito personal como en el político. Empecemos: ¿Qué significa el vocablo “líder”?:

“Persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora(RAE).

Por descontado, no es la definición más acertada. Si la damos por buena, la existencia de un líder presupone que tenga un grupo de seguidores, lo que implica adscripción voluntaria, hecho que sólo sería adecuado en el ámbito político para los simpatizantes y militantes, pero totalmente inadecuado en el ámbito personal (no hemos elegido a nuestros padres) ni en el empresarial (al entrar en una empresa, la decisión no depende del Director o la cabeza visible (6)). Además, la da al término un cierto aroma de “gurú” y al grupo de seguidores una pátina de “secta”.

Siguiendo con el análisis de la definición “lingüísticamente” correcta (por lo de la Real Academia), la primera opción (“jefe”) transmite un cierto tufo de autoritarismo (recuerda el caudillaje), siendo la segunda (“orientadora”) la que se aproxima más al concepto que creemos debe caracterizar el liderazgo.

Veamos ahora el significado que se le da al término en la gestión de la Calidad Empresarial:

Un buen líder debe saberse subir
 a la escalera y gozar de buena vista
El líder “establece la unidad de propósito y la orientación de la organización”(7). Y se asigna esta función (el liderazgo) a la Dirección ejecutiva. Esta diferenciación es importante. Todo Director ejerce funciones ejecutivas. Es el jefe máximo, el "boss". Cómo ejerce esta jefatura es algo personal e intransferible y no es éste el foro donde debemos profundizar en su estilo (8).

Pero el liderazgo no es una función ejecutiva. La Dirección debe ser consciente de que el liderazgo (fuerte, débil o inhibido) es inherente a su cargo. Siempre existe. De ella (de la Dirección) depende su fortaleza.
En una gran corporación, este liderazgo se debe ejercer (y comunicar) de forma activa, resultando muy difícil extender su influencia hasta los niveles más profundos de la Empresa.
Pero en la PYME (de forma inversamente proporcional a su plantilla), su política (ya sea por acción u omisión) se contagia a la organización de forma espontánea y, si es negativa, el desinterés se hace evidente.
Si la actitud de la Dirección frente a la Calidad y la Excelencia no existe, es ambigua o escéptica, la organización lo percibirá, pudiendo reaccionar de forma claramente negativa (resistencia activa) o aplicar distintos grados de resistencia pasiva o “pasotismo”. En estos casos, los resultados son imprevisibles por falta de “unidad de propósito” y de “orientación” (precisamente, los resultados del liderazgo).

Nosotros, en este blog, todavía iremos más allá y sustituiremos el término “organización” por “área”, “departamento”, “sección”, “equipo” o cualquier otra célula de cualquier dimensión con funciones homogéneas, que tenga asignado un responsable o supervisor. La Empresa debe fomentar el liderazgo a todos los niveles. No limitarlo al ámbito de la Dirección (aunque, en este nivel, evidentemente, es imprescindible).

Y, en último término, todos debemos ser líderes de nosotros mismos. Es decir, haber establecido conscientemente nuestros "propósitos" y nuestra "orientación" en la vida. Aunque de esto trataremos en otro ámbito: el de la Ética personal.

Conclusión: Liderazgo NO ES Caudillaje. Queda respondida la cuestión inicial.

“Ejemplo es liderazgo” (Albert Schweitzer).

1 -  Se entiende como clásico todo lo anterior, por poner una fecha, al mayo del 68.
2 -  Evidencia de la ausencia de liderazgo.
3 -  Ideas y Formas. Platón si que es clásico. Y, a pesar de ello, totalmente vigente.
4 -  Verificable perfectamente por la Inspección de Trabajo, sin nuevas normativas ni discursos. Unas sanciones públicas ejemplares y problema resuelto.
5 - "Actividades coordinadas para dirigir y controlar una organización" ISO 9000:2005, 3.2.6
6 – Aunque algunos líderes (p.e. Steve Jobs de Apple), pueden determinar la querencia de trabajar en su empresa (excepciones que confirman la regla).
7 – ISO 9000: 2005, 0.2 b)
8 - Blake-Mouton definen cinco estilos en función de la preocupación relativa entre el factor humano y la producción: autocrático, democrático, paternalista, compromisario y pasota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario